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7 d’abr. 2010

‘Alta fecundidad con alta mortalidad, una trampa para las mujeres africanas’

5º Encuentro África-España: Mujeres por un Mundo Mejor (3)


Valencia.- María José RUIZ- Lidia VILALTA
Periodistas de la XIDPIC-CAT /RIPVG
Xarxa Internacional de Dones Periodistes i Comunicadores/
Red Internacional de Periodistas con Visión de Género


En nuestro continente ‘la alta fecundidad sumada a la alta mortalidad es una trampa para las mujeres africanas... y la alta natalidad es la trampa de la pobreza’. La mitad de los 53 países africanos registra un 40% de mortalidad materna y esas son ‘muertes trágicas e innecesarias’ subrayaba Eunice Brookman Amissah, ex Embajadora de Ghana y actual vicepresidenta para África de IPAS (una organización sanitaria internacional). ‘De las 70.000 mujeres que mueren al año, innecesariamente, por un aborto no seguro, 30.000 son de África’, subrayaba Brookman, aunque el Protocolo Africano de los Derechos de la Mujer señala que ’tienes derecho a un aborto seguro’, si se cumplen determinados requisitos. Entonces, ‘¿por qué seguimos permitiendo que las mujeres mueran’?, se preguntaba, si ya desde 1999 se ha considerado que la atención global de la salud de la mujer es un Derecho Humano, insistió esta diplomática.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) a su vez, está clamando desde hace tiempo, que la salud de las mujeres consiste en algo más que el ejercicio de los Derechos Sexuales y Reproductivos (DDSSRR) y que constituyen Derechos Humanos (DDHH), pero las cuestiones políticas sumadas a las tradiciones y sobretodo el no acceso de las niñas a la educación, impiden un avance real en su aplicación. ‘Y eso hay que resolverlo ya’, insistió la vicepresidenta de IPAS, para quien ‘la promoción de la salud sexual y los derechos de las mujeres son imprescindibles para un mundo mejor’.

Las denominadas por algunas ONG sanitarias internacionales enfermedades olvidadas, son también causa de muerte en algunos países por la falta de medicamentos ‘no rentables’ para las farmacéuticas; o por abandono familiar y social a las víctimas en algunas comunidades rurales, como mostraba otro de los 4 cortos, filmado en Etiopía por Patricia Ferreira, ‘El amanecer de Misrak’, el nombre de una mujer etíope afectada por la fístula obstétrica. Su mensaje: una chica demasiado joven para parir, es destrozada internamente por la fuerza del empuje del feto durante el parto, a causa de su pelvis estrecha. Eso provoca la rotura de la vejiga de la orina y de otros músculos de esa zona del cuerpo, además de infecciones.

’En Camerún, la operación de fístula y los medicamentos antiretrovirales (para el VIH-SIDA) son gratuitos” informaba Marie-Thérèse Abena Ondoa, ministra de Promoción de la Mujer y de la Familia, quién indicó también que, en su país, ya se han creado líneas de teléfono gratuitas para atender denuncias de actos violentos contra la mujer. En Burkina Faso, en cambio, ’existen organizaciones de apoyo, pero faltan Leyes que, o no se votan, o se retrasa su implementación’, explicaba Blandine Sawadogo, Presidenta de la Comisión de Género, Familia y Juventud de la Asamblea Nacional (Parlamento), quién indicó que en su país un 14% de niñas son violadas.

En el mundo, ‘más de 100 millones de niñas son forzadas a matrimonios tempranos y 14 millones tienen partos antes de los catorce años. Más de 1.000 mujeres al día mueren al dar a luz’ subrayaba Soraya Rodríguez, Secretaria de Estado de Cooperación Internacional, quién afirmaba que España es el segundo país del mundo que más invierte en temas de Salud Sexual y Reproductiva, ‘un derecho siempre cuestionado y la mayor causa de discriminación’ hacia la mujer, que ‘no puede estar condicionado por motivos religiosos o culturales’.

En África, la salud o la inexistencia de salud para las mujeres, va vinculada a la falta de infraestructuras sanitarias y de recursos humanos, pero en demasiadas ocasiones está relacionada también con la violencia generada por los hombres en los conflictos armados, en la actualidad en el África central y del este. Con datos de la Vicesecretaria General de la ONU, Asha Rose Migiro, en ese continente, unas 500.000 niñas salen embarazadas al año y un 60% de mujeres y niñas son portadoras de VIH/SIDA muchas de ellas, a causa de violaciones y episodios de esclavitud sexual en tiempos de guerra, pero también a causa de tabúes, matrimonios forzados y otras violencias en tiempos de paz, como la mutilación genital femenina (MGF).

Sogona Diarra, Coordinadora en Mali del Programa Nacional de Lucha contra la MGM recordó que esta práctica esta ‘prohibida en su país que, además, ha firmado todas las Convenciones Internacionales'. Señaló que muchas mujeres están por su erradicación, pero resaltó también que todavía se considera una ’práctica cultural e identitaria’ para una parte de la sociedad maliense, que aún cree que, ‘si una mujer no está mutilada, no forma parte de su comunidad’’, aunque algunas mujeres ya sabemos que ‘de esta manera los hombres conservan el régimen patriarcal’. Diarra, explicó que están trabajando para ‘convencer a las autoridades religiosas y tradicionales de las aldeas para que nos ayuden a erradicarla’, además de realizar acciones de formación en todo el país, contra la mutilación genital femenina.

La viceministra de Sanidad y Servicios Sociales de Namibia, Petrina Namutenya Haingura, planteó el ‘temor a la discriminación que plantea la infección del VIH/SIDA’ en su entorno y propuso que todas las asistentes pensaran, para la próxima reunión de 2011 en su país, ‘qué se puede hacer para enfrentar este problema’ y cómo se puede promover la salud en las pequeñas comunidades rurales.

En el continente africano el impacto de la violencia se ceba en las mujeres: 3 de cada 10 afirman haberla sufrido alguna vez, según estadísticas de UNIFEM. Por eso, en palabras de su Directora Ejecutiva, Inés Alberdi, UNIFEM trabaja en la creación de redes de hombres para acabar con la violencia de género, en colaboración con los gobiernos locales y con el apoyo de los sistemas formales e informales de Justicia, ’entendiendo como Justicia informal, las normas de las comunidades de base’. Ayudan, además, en la creación de ciudades más seguras para las mujeres.

Por todas estas situaciones tan adversas, las líderesas africanas han sido las primeras impulsoras de las últimas Resoluciones de la ONU a favor de las mujeres: la 1820 de 2008 que insta a ‘todas las partes en conflictos armados (a que) pongan fin sin dilación y por completo a todos los actos de violencia sexual contra civiles a consecuencia de los conflictos', y la 1888-2009, que exige ya la ‘adopción de medidas eficaces y apropiadas’ para ‘prevenir y hacer frente a la violencia sexual generalizada o sistemática en situaciones de conflicto armado’.
Al propio tiempo, la Resolución 1889 de 2009 amplia y mejora la 1325 del 2000 –que cumplirá 10 años este octubre- al instar a los Estados miembros, pero también a las organizaciones regionales, ‘que sigan adoptando medidas para mejorar la participación de la mujer en todas las etapas de los Procesos de paz, en particular en la solución de conflictos, la planificación posterior a los conflictos y la consolidación de la paz, y que participen más en la adopción de decisiones políticas y económicas en las etapas iniciales de los procesos de recuperación por medios como la promoción del liderazgo de las mujeres y su capacidad para intervenir en la gestión y la planificación de la asistencia, el apoyo a las organizaciones de mujeres y la lucha contra las actitudes sociales negativas sobre la capacidad de la mujer para participar en pie de igualdad’ .

Margot Wallström, representante Especial de la ONU para la lucha contra la violencia sexual en situaciones de conflicto, anunció además desde la Fila Cero, que ayudará y oirá a cada país para tomar medidas contra la prostitución y la maternidad forzada y, si es necesario, convertirlos en crímenes contra la humanidad. En su opinión, ‘hay que armonizar y ampliar las respuestas a los delitos sexuales’ porque las Resoluciones y las Leyes por sí solas no traen Justicia y Reparación. ‘Hay que hacer cambios en la vida cotidiana las mujeres’ porque ‘a las que van a comprar a los mercados de la República Democrática del Congo y a las que van a buscar agua en Darfur no les sirven los marcos legales’. Faltan más acciones e instrumentos, resaltó.

La presidenta de Liberia, Ellen Jonson-Sirleaf, lo había enfocado anteriormente de otra manera para implicar a todas y a todos: ‘la Resolución 1820 no es un problema de género, sino un problema de Seguridad’ y en este sentido debería abordarlo el Estado para poder ’dar las garantías suficientes a toda la ciudadanía’.
La ex presidenta de Irlanda, Mary Robinson, instó a todas las presentes a ‘trabajar juntas para (el próximo) Octubre ante el Aniversario de la 1325’, y las animó a ser ‘prácticas y estratégicas’ como había mencionado Graça Machel en su intervención.

La ex ministra Carmen Alborch, presentada en el Encuentro como senadora, recordó desde la Fila Cero, que no había que ir tan lejos para encontrar casos de abuso sexual, refiriéndose a la denuncia contra el director del Canal 9 de Valencia presentada por 3 periodistas ante el juzgado de Paterna, donde se encuentra ese medio televisivo.
Porque, como insistió la responsable de UNIFEM, la socióloga Inés Alberdi, las mujeres ’tenemos derecho a una vida libre de violencia’. Por ello, frente a la impunidad contra la violencia a las mujeres, la ‘Orden de Protección Europea’ es un logro conseguido por el Estado español para luchar contra el acoso sexual; en la Unión Europea (UE), pero también para todas las mujeres de otros continentes que viven en Europa.

Soledad Cazorla, Fiscal de la Violencia de Género en España, cerró la ronda de palabras resaltando que todas se habían referido a las distintas formas de Violencia contra la Mujer y subrayó que una vida libre de violencia es un ‘derecho fundamental que afecta a la dignidad, la igualdad y la salud’. Nosotras, afirmó, ‘cuidadoras de hijos, padres y familia, ¿cómo no vamos a cuidar de nuestros Derechos Fundamentales? Para esta fiscal, hay que luchar por lo que ella denomina ’las 3 P: Prevención, Protección y Penas’. Las dos primeras para las agredidas, con medidas de alejamiento y reparación y la última P, las penas, para el agresor. ‘No creo que haya impunidad’, subrayó, sino que es difícil probar a los criminales.

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